A María le rezamos para que acompañe nuestro caminar diario:
Dios te salve, María Dios te inunda como ola,
deja tu arena perdida en la playa de su playa.
Dios está contigo, te pertenece y es tuyo
Dios está contigo, te pertenece y es tuyo
como es del rosal la rosa blanca.
¡Aleluya!, no temas, María que pronunciar tu nombre
es decir de nuevo al caos que "se haga".
Aquí estoy, Señor Jesús, como María tu Madre,
abierta de par en par como esclava.
Aquí estoy, desconcertado y perdido
en la gratuidad y el asombro de tu llamada.
es el misterio de Dios en mi vida
que me inunda sin apenas darme cuenta.
Es la anunciación a la persona que camina sola
y perdida en tierra dispersa y de andanzas,
te pide, Madre que seas luz en su camino
y que acompañes nuestra andanza.
Es la anunciación que dice al hombre de arcilla
que en María, la Virgen, la humanidad se salva.
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