Seguimos disfrutando de la santidad del p. Zegrí
haciendo memoria del día de su beatificación en Roma.
Su rostro, su corazón y sus manos nos invitan a celebrar la santidad
de Dios, redimiendo, amando, derramando ternura, misericordia, caridad, solidaridad donde estemos.
Da gracias a Dios con nosotras
porque su amor es grande
con todos.
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